El cansancio afecta el rendimiento en el trabajo, haciendo que quien no descansa bien corra el riesgo de perderlo.

Descansar mal aumenta siginificativamente el riesgo de accidentes, tanto en casa como fuera de ella.

No dormir bien acelera el proceso de envejecimiento y afecta la forma en que nos vemos.

El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente en la población general y consiste en una reducción de la capacidad para dormir.

El problema afecta a más del 60% de las personas e impacta en mayor medida a las mujeres.

Existen distintas razones por las cuales conciliar el sueño puede ser una dificultad y en el mundo de hoy, el estrés y la hiperconectividad tecnológica ranquean entre las primeras.

Los malos hábitos alimenticios, el exceso de cafeína, el sobrepeso, las preocupaciones laborales y hasta el paso del tiempo, también son factores con incidencia.

Dormir adecuadamente le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés del día. Después de una buena noche de sueño nos desempeñamos mejor y podemos tomar mejores decisiones.

Dormir bien nos ayuda a sentirnos más alerta, optimistas y a tener una mejor relación con las personas.

El insomnio y la falta de buen descanso pueden llevarte a sentirte sin energía, estresad@ e irritable.

Sentirse cansado afecta el rendimiento, incluyendo la capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente y formar recuerdos.

El insomnio también lleva a tomar malas decisiones y ponerse en situaciones de riesgo.